El gobierno de Estados Unidos ha llegado a un protocolo notable con la empresa Intel, según el cual Estados Unidos obtendrá el 9.9% de las acciones de Intel. Esta medida es la última acción del gobierno de EE. UU. para apoyar la industria de fabricación de chips nacional y marca una intervención significativa del gobierno en las empresas privadas.
El contenido central del protocolo incluye la compra de acciones de Intel por parte del gobierno de Estados Unidos por un precio de 8,900 millones de dólares, con un precio por acción de 20.47 dólares. Este financiamiento provendrá de los 5,700 millones de dólares no utilizados en la asignación del "Proyecto de Ley de Chips" previamente aprobado, así como de los 3,200 millones de dólares destinados a proyectos de aislamiento de seguridad. A cambio, Intel se compromete a invertir aproximadamente 10,000 millones de dólares en la construcción o expansión de fábricas de semiconductores en el territorio estadounidense.
El trasfondo de esta decisión son los desafíos que enfrenta la cadena de suministro global de chips, así como las consideraciones estratégicas del gobierno de Estados Unidos para fortalecer la competitividad de la industria de semiconductores nacional. Es notable que la conclusión de este protocolo también mejoró la relación entre Trump y el CEO de Intel, Chen Liwu, quienes anteriormente habían tenido algunas controversias.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, dijo que este protocolo es justo tanto para Intel como para el pueblo estadounidense. Sin embargo, esta medida también ha suscitado un debate sobre la intervención del gobierno en las empresas privadas y cómo equilibrar los intereses nacionales con la libertad del mercado.
En general, este protocolo no solo se refiere al futuro desarrollo de Intel, sino que también es una parte importante de la estrategia de la industria de chips de Estados Unidos. Refleja cómo, en el contexto de una creciente competencia tecnológica global, el gobierno y las empresas están buscando nuevos modelos de colaboración. Aún queda por observar el impacto a largo plazo de esta medida, pero sin duda tendrá un profundo efecto en la industria global de semiconductores.
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MEV_Whisperer
· hace15h
El gobierno que quiere especular en bolsa realmente sabe jugar.
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SighingCashier
· hace22h
¿Ha comenzado la guerra de chips?
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GateUser-1a2ed0b9
· hace22h
Otra vez han comenzado a reprimir.
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WhaleStalker
· hace22h
alcista批啊英特尔
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FlashLoanLord
· hace22h
La intervención en el mercado de valores estadounidense es demasiado evidente.
El gobierno de Estados Unidos ha llegado a un protocolo notable con la empresa Intel, según el cual Estados Unidos obtendrá el 9.9% de las acciones de Intel. Esta medida es la última acción del gobierno de EE. UU. para apoyar la industria de fabricación de chips nacional y marca una intervención significativa del gobierno en las empresas privadas.
El contenido central del protocolo incluye la compra de acciones de Intel por parte del gobierno de Estados Unidos por un precio de 8,900 millones de dólares, con un precio por acción de 20.47 dólares. Este financiamiento provendrá de los 5,700 millones de dólares no utilizados en la asignación del "Proyecto de Ley de Chips" previamente aprobado, así como de los 3,200 millones de dólares destinados a proyectos de aislamiento de seguridad. A cambio, Intel se compromete a invertir aproximadamente 10,000 millones de dólares en la construcción o expansión de fábricas de semiconductores en el territorio estadounidense.
El trasfondo de esta decisión son los desafíos que enfrenta la cadena de suministro global de chips, así como las consideraciones estratégicas del gobierno de Estados Unidos para fortalecer la competitividad de la industria de semiconductores nacional. Es notable que la conclusión de este protocolo también mejoró la relación entre Trump y el CEO de Intel, Chen Liwu, quienes anteriormente habían tenido algunas controversias.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, dijo que este protocolo es justo tanto para Intel como para el pueblo estadounidense. Sin embargo, esta medida también ha suscitado un debate sobre la intervención del gobierno en las empresas privadas y cómo equilibrar los intereses nacionales con la libertad del mercado.
En general, este protocolo no solo se refiere al futuro desarrollo de Intel, sino que también es una parte importante de la estrategia de la industria de chips de Estados Unidos. Refleja cómo, en el contexto de una creciente competencia tecnológica global, el gobierno y las empresas están buscando nuevos modelos de colaboración. Aún queda por observar el impacto a largo plazo de esta medida, pero sin duda tendrá un profundo efecto en la industria global de semiconductores.